No sólo de pan vive el hombre: reconocimientos y motivación.
Cobrar después de realizar un trabajo es estupendo, pero unas palmaditas en la espalda o unas palabritas amables también son muy agradables y sirven de reconocimiento a la labor que desarrollamos.
Lo trágico, pero cierto al 100% es que la programación, si está bien hecha, debe pasar desapercibida, y en la práctica sólo se nota su existencia si hay algún error. Por ello, el trabajo de los programadores casi siempre permanece en la sombra, sin apenas reconocimiento.
En la famosa pirámide de Maslow – jerarquía de las necesidades humanas – solamente se llega a la cumbre después de haber satisfecho los de niveles inferiores.
Es decir: para llegar a la cima de la autorrealización es necesario haber satisfecho los niveles inferiores, incluyendo la capa que corresponde con LA ESTIMA.
En esas premisas se basa el Coaching Motivacional. A veces, sin pretenderlo, el coach es un miembro de la empresa, otras veces es un miembro externo, y en este último caso, puede coinicdir con la figura del cliente. Y lo cierto es que puede aportar mucha, mucha estima al reconocer un buen trabajo bien hecho.
De esta forma, el pensamiento positivo y optimista que genera el cliente, produce motivación, que se transforma en eficacia, productividad y creatividad. Estos factores revierten en el trabajo que se desarrolla, redundando en beneficios para el que inició el bucle a modo de karma.
Por ejemplo, el hecho de que uno de nuestros trabajos (el realizado para broseta.com) haya aparecido desde 2014 en varias ocasiones (y se mantenga!) a lo largo del tiempo en el ránking de mejores webs de abogados, nos llena de orgullo y nos anima a seguir en esta línea:
También la medalla que nos otorgó la Asociación Europea de Economía y Competititvidad, más recientemente, nos animan a seguir en esta línea, así como el resto de reconocimientos, recogidos bajo esta etiqueta: